CÓMO ENSEÑAR A MI HIJO/A A SER RESPONSABLE EN EL HOGAR (DE 2 A 12 AÑOS)
Es muy frecuente oír a madres y padres cosas como:
“En casa no hace nada”. “Se le olvida todo”. “Si no estoy encima, no estudia”.
“Tiene su cuarto como una leonera”.
Todo esto puede deberse a que, sin darnos cuenta, no estamos haciendo lo correcto.
En
muchas ocasiones nos excusamos diciendo que si somos nosotros los que
hacemos las tareas, terminaremos antes y las haremos mejor. También
puede ocurrir que pensemos que si les damos todo hecho, les queremos
más.
El no educarles potenciando su autonomía y sus responsabilidades, sino en la comodidad sin esfuerzo, da
como resultado pequeños tiranos muy exigentes, desorientados, y que
pueden recurrir al enfado y la agresividad para conseguir lo que desean
de los demás. Descubre las conductas que tu hijo puede ir asumiendo
según su edad.
A
continuación encontraréis algunas pautas sobre cómo enseñar a vuestro
hijo a ser responsable en el hogar mediante las tareas adecuadas según
la etapa en la que se encuentre
En
estas edades tan tempranas sólo podemos intentar enseñarles a que
empiecen a controlarse para no desordenar o romper cosas de forma
deliberada.
Puede recoger sus cosas, por ejemplo sus juguetes, guardándolos en su sitio correspondiente.
En esta edad es necesaria la supervisión por parte del adulto, o
incluso recogerlos juntos, para que se empiece a instalar la conducta a
través del aprendizaje por imitación.
Ayudar a quitar la mesa, a un nivel muy básico, por ejemplo retirar los cubiertos y llevarlos al fregadero, o retirar el cesto del pan. Tirar los papeles a la papelera, no en el suelo. Regar las plantas.
Ayudar
a poner la mesa (pero no ponerla él solo aún). Vaciar las papeleras.
Recoger sus juguetes sin necesidad de supervisión adulta. Echar la ropa
sucia en el cesto. Ayudar a cuidar a la mascota familiar. Desnudarse
solo y vestirse con ayuda.
Hacerse
la cama, con ayuda del adulto que le enseña. La cama no quedará
perfecta, pero lo importante no es que quede bien hecha, sino que
empiece a adquirir el hábito. El adulto puede supervisar, y dar el
“toque” final. Colgar el abrigo en una percha que esté a su altura.
Poner la mesa sin ayuda. Cepillarse los dientes, peinarse y vestirse
solo, o casi sin supervisión adulta. Recoger la mesa después de comer.
Ayudar en tareas sencillas, como recoger hojas del jardín, regar las
macetas o ayudar a limpiar el coche. Puede cuidar a hermanos pequeños durante un rato, estando un adulto cerca.
Ahora ya se le pueden presentar dos opciones, para que elija. Puede hacerse la cama él
solo, sin supervisión, aunque es probable que aún no quede perfecta.
Bañarse y lavarse sin apenas supervisión del adulto. Responder
correctamente al teléfono, pero aún no estaría preparado para coger
recados. Asumir mayores responsabilidades en el cuidado de la mascota familiar. Ayudar a recoger la ropa y guardarla. Ordenar su habitación.
No hay que olvidar que el niño sigue imitando y que es exigente en que todo el mundo aplique la norma.
Aprender a despertarse solo, con ayuda de un despertador, sin que sea
el adulto quien lo levante. Al principio se puede combinar despertador y
adulto, y poco a poco ir retirándose el adulto y dejar que se
responsabilice el menor de su despertador. Preparar comidas sencillas
(sándwiches, bocadillos…) y envolverlas, con
lo que puede prepararse su almuerzo para la escuela. Dejar la cocina y
el baño ordenados después de usarlos. Coger correctamente recados
telefónicos. Puede empezar a fregar los platos. Tareas sencillas, como
barrer. Puede
disponer de algún dinero semanal y aprender a administrarlo, sabiendo
que, si lo gasta, deberá esperar a la semana siguiente para disponer de
una nueva paga. Actúa de forma responsable si se le ofrecen oportunidades para ello.
Sacar
la basura. Limpiar por encima (pasar una bayeta) la cocina y el baño
después de usarlos. Perfeccionar tareas anteriores, como fregar mejor los
platos y recogerlos luego, o limpiar mejor el coche familiar. Limpiar
su habitación (quitar el polvo, barrer, fregar el suelo…). Asumir mayor
responsabilidad en los cuidados de la mascota familiar.