María era muy poco respetuosa con la naturaleza. Cuando jugaba en el parque, tiraba papeles y envoltorios al suelo, no tenía cuidado con las plantas, etc.
Un fin de semana, María fue a la montaña con un grupo de acampada. Por la mañana al salir de sus tiendas, se llevaron una triste sorpresa.
En los alrededores del campamento había basura abandonada, plásticos, latas, papeles...
Su monitora les propuso recoger la basura clasificándola para poder echar cada bolsa en el
contenedor de reciclaje correspondiente. Así el bosque quedaría limpio y la basura serviría para fabricar cosas nuevas.
María aceptó colaborar con sus compañeros, pero no muy convencida. Pero cuando terminaron de limpiar el bosque, todos juntos dieron un paseo con la monitora y se sintieron orgullosos por la tarea que habían realizado. María comprendió lo importante que es cuidar la naturaleza y colaborar en su conservación.